Toda iglesia tiene su historia, una historia tan diferente como cada una de sus piedras. Y diferentes somos todos nosotros, que acudimos a ella. A veces buscamos consuelo, a veces soledad. Unos acuden a admirar estructuras, formas e interiores; otros, a rezar. Pero esas piedras, esas personas y esas iglesias comparten una misma fe y la misma esperanza. Las piedras, las iglesias y las personas somos distintas; la fe, idéntica.
Foto: detalle de nuestra parroquia (ADF).
No hay comentarios:
Publicar un comentario