viernes, 9 de diciembre de 2011

Tercer Domingo de Adviento

Domingo, 11 de Diciembre
(3º de Adviento)
(Juan 1 6-8. 19-28)
Celebramos el Domingo, llamado de gozo, porque el anuncio de su venido es una promesa de liberación y de vida nueva y renovada, como dice el texto de Isaías: El Señor me ha ungido, me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desgarrados, proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad: para proclamar un año de gracia del Señor. Él está cerca, él está ahí ya, en medio de nosotros como luz. Él cumplirá su promesa, por eso estad siempre alegres, escribe Pablo en su carta a los cristianos de Tesalónica. Como vemos, son todo palabras de esperanza, de gozo y alegría. Nosotros somos los destinatarios de esta promesa de liberación. El evangelio de Juan anuncia el cumplimiento de esas promesas: en medio de vosotros está.
La llamada que estamos continuamente escuchando estos domingos y que hoy se hace apremiante, es una llamada a la conversión. Comienza a escucharse en el desierto (dom. 2º) y hoy de nuevo Juan, el enviado como testigo, vuelve a hacernos esta invitación porque él, el Mesías, está ya en medio de nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario