domingo, 2 de febrero de 2014

Carta del Obispo

MOVIMIENTO DE VIDA ASCENDENTE
Testimonio de la fe



El día 2 de febrero, festividad de la Presentación del Señor en el templo, el
Movimiento de Vida Ascendente celebra su fiesta, porque en esa ocasión los ancianos
Simeón y Ana reconocieron a Jesús como “luz para alumbrar a las naciones y gloria de
su pueblo Israel”. Con ese motivo se celebra una Eucaristía de acción de gracias en la
Catedral, la víspera de la fiesta, por la tarde.

“Aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte
son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan” (Salmo 90, 10). El Papa Juan Pablo II
introducía con este versículo del salmo su Carta a los ancianos, que comienza con esta
confesión: “He sentido el deseo, siendo yo también anciano, de ponerme en diálogo con
vosotros”.

El Papa Wojtyla continuaba diciendo, citando el salmo 71, 17-18: “Dios mío, me
has instruido desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas,; ahora en la vejez y
en las canas, no me abandones, Dios mío, hasta que describa tu brazo a la nueva
generación tus proezas y tus victorias excelsas”.

Esto que dice el salmista es lo que hace Vida Ascendente, cuando le pide a Dios
que le dé fuerzas para que “describa tu brazo a la nueva generación”, es decir, para ser
buenos transmisores de la alegría de la fe.

No es cierto que los jóvenes no valoren nuestro testimonio de fe. Ninguna
palabra dicha con amor, ningún gesto de cariño y generosidad en el seno de la familia,
resultan infructuosos, aunque el fruto tarde en llegar. Hemos de dar testimonio sin
pretender imponer nada, pero sin desanimarnos; de forma amable, con la dulce
persuasión del ejemplo. Los actos convencen más que las palabras, aunque éstas
también sean necesarias.

En varias ocasiones he tenido la oportunidad de hablar y escribir sobre la
importancia de este movimiento apostólico que es Vida Ascendente.
Desde esta carta pastoral hago una llamada a las numerosas personas mayores
de nuestra Diócesis de Santander para que se inscriban en las parroquias en grupos de
Vida Ascendente. Los pilares básicos del Movimiento son: espiritualidad, apostolado y
amistad. En los grupos se aprende a envejecer, a seguir siendo útiles y a servir.

Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander

Nota: pincha en el escudo episcopal si quieres acceder al audio con las palabras del Obispo.

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